Cristal

viernes, 21 de mayo de 2010

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Cuantas veces habría esperado una nueva palabra y un único consuelo, quizás como todos nosotros, los que aun abrazamos al sueño y dependemos de sus fantasías, comprender esta postura es más que diario, una necesidad casi viciosa. Aquella singular aventura de los pasos y las mentiras continúas de nuestras borrascas. No por dolorosas, puesto que al albergar algo de locuraen nuestras mentes, el placer del error nunca desmeritara lo ocurrido… Seguir sin mirar atrás es aun más sabio cuando enfrentas cara a cara el nuevo día.

A nuestra suerte no somos piezas encajadas y cotidianas. A la misma somos aquel sabor de otros tantos que no gozan de nuestras dichas, mas nunca les permitiremos ser parte propia y hacerles allegados…
…Que grato es verlo desde este nuevo iluminado, ya no hay por que huir ni siquiera algo a lo cual llevar a nuestras preocupaciones, solo les dejamos morir como tarde o temprano nosotros lo haremos y de la misma forma pasaremos a una nueva historia.
Quizás tu mi pequeña infame, mi fragmento de piedra un poco refinada o como llaman al proceso de airar la roca, “pulida”… así no eres un fragmento de mineral inerte, eres aquel cristal de ocaso tan oscuro como el ónix y con la peculiaridad del ópalo, con sus diversas expresiones de destello, rígida en cada una de tus posturas y aun tan cristalina como solo el mejor de los diamantes, mas no quiero darte el lujo y elevarte entre egos, soy prudente… así que podría aclamarte como el cuarzo, que sin gozar de cuantía se muestra necesario y casi dependiente de nuestra mundaneidad siendo a los ojos de este servidor aun mas exquicita. Aflora ahora sobre ti un sabor mas, sobrellevando tu dulzura, ejemplificada con la calidez y ternura de Amatista.

Ante mis ojos nuevamente mi joven cristal, crece desde su centro y diariamente evoluciona mostrando cada amanecer nuevos colores, más de sus virtudes y claro como negar aquellas espinas afiladas que le recubren para protegerle, pues aunque el cristal es sólido y valedero por si mismo, teme con demasía a aquellos que como la luz se entrometen en su interior queriendo ser una pieza mas de este particular cristal, el único cristal de ocaso el sublime zafiro melancólico.
Así entre tantos semejantes encontrar un nombre no tendrá valía, así eh de olvidar tu nombre y llamarte Cristal, sin desmeritar o vanagloriar en tu lecho… hasta una nueva noche mi joven Dama y de allí quizás hasta el amanecer, Cristal