phare d'alejandria

miércoles, 16 de junio de 2010

 


Entonces aquí estamos, en el pequeño banco al costado de las vías de la vida, notando correr las miradas, uno tras otro acareando sus pasos, a sus espaldas las cargas que conlleva la existencia… cuan ligeras son sus impresiones de los pasos, a sus ojos son tal lentas… pero aquí en nuestro resguardo de la subsistencia cada paso se ve tan veloz y sus humanidades tan cortas… años y arenas a cada paso, nadie escapa de ellos, ni siquiera nosotros que les vemos pasar, sus bolsillos y memoria se llenan cada movimiento quizás de basura, dicha, veneno o nostalgia. Son tantas las cosas que llevar y tan escasos los instantes para recordar… cuantas de están se verán con la muerte, es inevitable darle detalle a la capoteada y pálida, con su macabra labor, Cortar caminos y dejar sus cuerpos perecer… ahora el espejo cruza y somos nuestros propios vigilantes un último vistazo a los caídos y deambulantes… para ser nosotros ahora quienes desperdiciamos la cordura y dejamos que los instantes crucen como espectadores y entonces la duda… vivir y correr los riesgos o simplemente detenernos y dejar que los minutos consuman nuestros cuerpos… ambos nos llevaran al olvido

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