Necedad y angustia

miércoles, 16 de junio de 2010

 

Míranos a nosotros lo vagabundos, aquellos que encontramos en la noche el refugio y abrazo entre la niebla, caminantes sin curso y eternos divagantes en los pasajes de la mente, mudos a la brisa y sordos ante el mundo, nosotros los desventurados de la existencia. Deseosos de un fin, reprochándole a la vida cada una de sus cargas. Que necios pecadores de las angustias… dispersos y augurantes de mejores risas en la calidez de las velas y el folclor del vino, mas tan envidiosos de la normalidad circundante y aun así tan necios y caprichosos aferrados a la soledad de esta existencia. Ella que hiela y nos es tan despreciable, sin duda la que nos hace diferentes de todos ustedes, observadores de la vida.
Nosotros los que apetecemos el olvido y una mano al precipitarnos al vacio, que irónicos solitarios aferrados a nuestro estandarte por orgullo más que convicción… henos aquí moribundos y cautelosos aun al sucumbir, por pretender al vacio añorando la sencillez

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